sábado, 13 de marzo de 2010

Documento de la Asamblea Nacional del Poder Popular


Después de una campaña concertada por poderosas empresas mediáticas, fundamentalmente de Europa, que han atacado ferozmente a Cuba, el Parlamento Europeo acaba de aprobar, luego de un sucio debate, una resolución de condena contra nuestro país que manipula asamb.jpgsentimientos, tergiversa hechos, esgrime mentiras y oculta realidades.

El pretexto utilizado ha sido la muerte de un recluso, sancionado primero por delito común y luego manipulado por intereses norteamericanos y la contrarrevolución interna, quien por voluntad propia se negó a ingerir alimentos a pesar de las advertencias y la intervención de los especialistas médicos cubanos.

Este hecho lamentable no puede ser utilizado para condenar a Cuba aduciendo que pudo haber evitado una muerte. Si en un campo nuestro país no tiene que defenderse con palabras, pues la realidad es irrefutable, es en el de la lucha por la vida de los seres humanos, ya sean nacidos en Cuba o en otros países. Un solo ejemplo es la presencia de los médicos cubanos en Haití, desde once años antes del terremoto de enero último, silenciada por la prensa hegemónica.

Detrás de esa condena hay un profundo cinismo. Cuántas vidas de niños se han perdido en las naciones pobres por la decisión de los países ricos, representados en el Parlamento Europeo, de no cumplir sus compromisos de ayuda al desarrollo. Todos sabían que era una sentencia de muerte masiva, pero optaron por preservar los niveles de derroche y ostentación de un consumismo a la larga suicida.

Ofende a los cubanos también ese intento de darnos lecciones, en momentos en que en Europa se reprimen a inmigrantes y desempleados, mientras aquí el pueblo libremente, en reuniones de vecinos propone a sus candidatos para las elecciones municipales, libremente y sin intermediarios.

No tienen moral aquellos que participaron o permitieron el contrabando aéreo de detenidos, el establecimiento de cárceles ilegales y la práctica de torturas, para evaluar a un pueblo agredido y brutalmente bloqueado.

Condena tan discriminatoria y selectiva, solo puede explicarla el fracaso de una política incapaz de poner de rodillas a un pueblo heroico. Ni la Ley Helms Burton, ni la Posición Común europea, surgidas en el mismo año, en las mismas circunstancias y con iguales propósitos, ambas lesivas a nuestra soberanía y dignidad nacionales, tienen el más mínimo futuro, pues los cubanos rechazamos la imposición, la intolerancia y la presión como norma en las relaciones internacionales.

Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba
11 de marzo de 2010

Notas sobre Cuba


Si Cuba tuviera más de 7.500 presos políticos, entenderíamos la preocupación por la violación sistemática de los DDHH, en las penitenciarias y en el sistema judicial caribeño.

Si en Cuba existieran más de 4 millones de cubanos desplazados de su Patria por la violencia estatal y paraestatal, entenderíamos los gritos desgarrados contra su Gobierno, y por supuesto, su denuncia internacional.

Si el 50% de cubanos adultos y el 45% de sus niños, no tuvieran qué llevarse a la boca, entenderíamos las denuncias contra semejante régimen inmoral

Si el 15% de cubanos adultos y el 17% de sus niños, viviera en la más impúdica de las indigencias, sin más oportunidad vital que la de arrastrarse por los basureros de las grandes urbes, entenderíamos que se ejecutaran acciones diplomáticas contra tal estado de excepción infame

Si, cada año, murieran 20.000 niños cubanos menores de 5 años por falta de agua potable, entenderíamos que se instase a ese Gobierno a cesar de inmediato en su criminal e inhumana actitud

Si el Estado cubano, en lo últimos años, hubiera hecho desaparecer a más de 50.000 conciudadanos, entenderíamos que se exigiera que ese Gobierno rindiera cuentas ante el TPI.

Si Cuba mantuviera el mayor y más poderoso Ejército de América Latina y el Caribe, mientras su pueblo languidece en la más absoluta de las miserias, entenderíamos que se bloquearan las exportaciones de armas al régimen

Si el Presidente de Cuba fuera un connotado y confeso miembro de uno de los cárteles nacionales del narcotráfico más conocidos del orbe, entenderíamos que se pidiera su dimisión y su puesta a disposición judicial.

Si una casta de terratenientes y multinacionales, monopolizaran el campo y la ciudad en Cuba, con el beneplácito del Gobierno, exportando mercancías mientras se muere de hambre el pueblo, entenderíamos la repulsa a semejante estado de cosas

Si con tal panorama, el Gobierno cubano se gastara anualmente miles de millones de $ en armamento, entenderíamos que se le denunciara ante el Consejo de Seguridad, cancelándose de inmediato sus importaciones bélicas

Si en Cuba existieran miles de militares extranjeros y decenas de bases foráneas, entenderíamos que se pusiera en entredicho la soberanía de tal engendro estatal

Si en Cuba, se hubiera asesinado en cuestión de pocos años, a más de 5000 integrantes de la oposición, entenderíamos, incluso, una intervención humanitaria de la ONU

Si en Cuba, hace apenas unos días, se hubiera descubierto la mayor fosa común de América, con más de 2000 cadáveres de líderes campesinos y obreros en su interior, entenderíamos la repulsa incondicional a ese Estado terrorista

Si en Cuba se ejecutara extrajudicialmente a decenas de periodistas, sindicalistas y líderes populares, año tras año, entenderíamos que se aislara a semejante cohorte de dirigentes mafiosos

Si en esa Cuba, a los que luchan contra este abyecto y genocida régimen, les llamaran "terroristas", entenderíamos que la solidaridad internacional con esa oposición sería un deber irrenunciable

Si…

Si…

Si…

Y sin embargo, nada de todo esto ocurre en Cuba.

 

Todos los datos, extraídos de CEPAL, AI y demás organizaciones internacionales comúnmente aceptadas, corresponden al régimen capitalista colombiano del narcoparamilitar Uribe.

 

En Cuba, según AI,  a lo sumo existen 30 "presos de conciencia" (aunque reconozca, contradictoriamente, que cometen delitos contra la seguridad del estado). No existen desplazados por la violencia estatal o paraestatal, y los emigrados existentes en el exterior responden a una brutal asfixia económica impuesta por un país extranjero (condenado por la ONU).

En Cuba nadie se muere de hambre, nadie vive en la indigencia y, por supuesto, ningún niño está privado de acceso a agua potable. En Cuba jamás se ha torturado ni se ha ejecutado extrajudicialmente, o hecho desaparecer, a nadie. En Cuba sus FAR tienen unos de los presupuestos más bajos de América Latina y el Caribe. Los grandes narcos, y sus colaboradores necesarios, en Cuba, son fuertemente penados. En Cuba ningún terrateniente, ni ninguna multinacional, monopolizan nada de nada, ni en el campo ni en la ciudad. En Cuba tampoco existen tropas extranjeras que impongan su voluntad a su Gobierno soberano, ni se liquida a periodistas, sindicalistas u opositores año tras año.

 

Y todo esto en medio de un bloqueo asesino y de una silenciosa y destructiva guerra de EEUU contra la Isla. Y todo aquello en medio de una Colombia abierta de par en par al "libre mercado" (capitalismo).

 

En el podrido occidente capitalista, a los que luchan por derrocar este más que aceptable respeto gubernamental a los DDHH en Cuba, se les llama "disidentes cubanos pacíficos", aunque estos "disidentes" actúen al servicio de potencias extranjeras que les financian y dirigen, aunque estos "disidentes" pongan bombas en aviones y hoteles, o se expresen a base de machetazos.

 

¿Por qué será, entonces, que nuestros adorables medios callan ante la barbarie colombiana? ¿Por qué será que no tienen nada que lamentar ni condenar con respecto a la  situación de los DDHH en Honduras, Haití, México, Chile o Perú, por ejemplo?

 

A nuestros queridos charlatanes, se les eriza el bello al comprobar como un violento preso común cubano decide suicidarse por no tener TV, móvil y cocina en su celda, pero; ¿qué tienen qué decir de los más de 7000 presos políticos torturados en Colombia? ¿y de las decenas de asesinatos políticos en Tegucigalpa, a cargo de la dictadura fascista impuesta por EEUU? ¿y de los cientos de asesinados y suicidados anualmente en las mazmorras mexicanas, no tienen nada que decir? ¿no les afecta el dolor del pueblo haitiano, privado hasta de los más elementales servicios sanitarios y educativos desde hace largas décadas?¿y de las masacres de indígenas en Santiago o Lima, no tienen nada qué decir?¿y de la situación en las prisiones españolas o estadounidenses, dónde además de torturar se ejecuta a menores y retrasados mentales, no dicen nada?¿cómo es que 1 de cada 4 presos del mundo es estadounidense?¿y de Guantánamo, Abu Grahib, las cárceles y vuelos secretos, qué hay de todo ello?¿y qué tal andan los DDHH en las teocracias de Arabia Saudita, Marruecos o Israel, por ejemplo? ¿y en la teocracia Vaticana, se respetan los DDHH?...

 

El más atroz de los silencios, esa es la respuesta  de estos cobardes y miserables que escupen, poseídos,  su repugnante bilis sobre la mayor de las Antillas

 

Como decía Bertolt Brecht, tiempos difíciles éstos, en los que hay que recordar constantemente lo obvio; en Cuba, Patria es humanidad.

 

Hoy infectan occidente personajes siniestros que hacen de los DDHH una mercancía más con la que traficar, a costa de buenas dosis de calumnias, hipocresía y cinismo. Se creen libres, pero sólo les dejan cargar sus frustraciones contra Cuba, curiosamente una de las poquísimas naciones en la que TODOS sus niños viven, ríen, comen, estudian, se curan y tienen una vivienda. En otras latitudes, muy cercanas a Cuba, dónde sus niños mueren, lloran, pasan hambre, son analfabetos, perecen por simples diarreas o viven en la mismísima calle, nuestros "demócratas de toda la vida" y "defensores de los DDHH" por la gracia de Dios, no ven "violaciones" de derechos. De hecho por no ver, no quieren ni ver seres humanos.

 

Son tipos tales como el bufón Wyoming o el millonario Buenafuente, nihilistas posmodernos sin parangón, que en el mejor de los casos se muestran como orgullosos analfabetos funcionales, y en el peor de ellos, como fieles lacayos de su mismo patrón. Son auténticos terroristas mediáticos, se sienten orgullosos, y encima se creen graciosos. Ellos se unen gustosos al coro del fascismo ibérico, por pura ignorancia o por simple interés asalariado u accionarial.

 

No pueden soportar la dignidad de un pueblo y de un Gobierno que, siguiendo las enseñanzas del guerrillero heroico (otro "terrorista" para estos babosos aduladores de sistemas criminales), decidió vivir de pie antes que vivir toda la vida de rodillas.

 

De eso ya hace más de 50 años, y todavía no lo han digerido.

 

Y claro, los sátrapas que chorrean sangre a raudales por sus castigadas rodillas, tan desgastadas con el paso de los años, ni pueden ni saben comprender esta gran verdad; Cuba no tiene precio, pero ellos sí.

 

Que sigan ladrando, pues, desde sus atalayas mediáticas. Nos reconforta contrastar sus calumnias y embustes anticubanos. Si mienten, es  porqué temen.

 

El camarada Bruno Rodríguez, Ministro de exteriores del Gobierno cubano, lo tiene claro. Nosotros también;

 

"Se pretende presentar a mercenarios como patriotas, a agentes pagados de los Estados Unidos en territorio cubano como disidentes, a delincuentes apátridas como prisioneros de conciencia"

 

Ya basta de calumnias; no toquen a Cuba Socialista ni un tantico así, gusanera inmunda.

 

¡POR LA DEFENSA DE LOS DDHH; VIVA CUBA SOCIALISTA!

¡VIVA EL HEROICO PUEBLO CUBANO!

¡VIVA FIDEL, VIVA RAUL!

¡VIVA EL PCC!