Letonia, ahora llamada "la Argentina del Báltico" en recuerdo de nuestro default de 2001, se hunde en la bancarrota. Un naufragio que, unido al de otros países del Este europeo que van en la misma dirección, puede causar un desastre bíblico a nivel de la Unión Europea (UE) de 27 miembros. El gobierno de centroderecha se desintegró la semana pasada y ahora se negocia formar otro. Dos datos miden la magnitud de la crisis: la economía se precipitó y el Producto Interno Bruto cayó un 10,2% en el último trimestre de 2008. Para 2009 se estima que la caída anual será del 12%. "Pero no me sorprendería si la baja llegara al 15%", dijo Peteris Strautins, jefe economista del Swedbank en Riga, la capital estona.
Letonia, que los ingleses llaman Latvia, es un pequeño país, uno de los tres estados bálticos (los otros dos son Estonia y Lituania) que se engulló el imperio soviético y que lograron recuperar su independencia cuando finiquitó la URSS. Tiene menos de dos millones y medio de habitantes y unos 65 mil kilómetros cuadrados de territorio.
Pero su caso es el más agudo de una situación general en el Este europeo que evoluciona hacia el desastre. Sólo una ayuda financiera combinada de la Unión Europea, el Banco Central de la Unión y el Fondo Monetario Internacional podría poner parches a una hemorragia de recursos encabezada por los otrora orgullosos y arrogantes bancos de Europa Occidental, que ahora al grito de "¡sálvese quien pueda!" tratan de retirar al menos una parte de los cuantiosos fondos invertidos.
En Letonia, igual que sus vecinos pero aún peor, el espejismo de un crecimiento al 7% anual en los últimos años generó un alegre consumismo. Muchos han tomado préstamos en euros y en francos suizos en los bancos comprados por los occidentales. Nada de la divisa local. Ha llegado la hora de las devaluaciones que hacen precipitar la moneda letona.
La empresa de calificaciones Standard&Poors ha bajado el "rating" de la deuda a un nivel inferior al del grado de inversión. Ahora Letonia tendrá que pagar mucho más para obtener préstamos, pero es difícil que consiga créditos privados en esta situación. También Lituania y Estonia han sido advertidos de que sufrirán una degradación que los lleva a la condición de apestados.
Letonia tiene por delante años para pechar la cuesta. Pagar un plan de asistencia de emergencia, firmado en diciembre con la Unión Europea, el Fondo Monetario y otros por 7.500 millones de euros, es sólo una parte importante del problema. Mientras tanto, se repite el panorama de todos lados por la crisis global: declinan las exportaciones y la industria ya ha caído en una recesión profunda.
La depresión económica está "ad portas" de una Letonia que fue la joya agregada a la corona de la Unión Europea de 27 países. Era el país que crecía más rápido y hoy es el peor de la UE. Con Lituania y Estonia entró al bloque europeo en 2004 y fue rápidamente embelesado por un masivo boom económico alimentado por créditos baratos, como le ocurrió a los otros. Solo Eslovania y Eslovaquia han hecho bien las cuentas y lograron ingresar apenas a tiempo al mercado único del euro.
"Ahora sí ha llegado la verdadera crisis de Europa", escribió ayer un analista italiano. Muchos creen que el EE.UU. del presidente Obama logrará salir antes que Europa de la fase peor de la crisis global.
En la foto, saqueo de un supermercado en Riga. El paraíso capitalista era un infierno dantesco.