Cochabamba, Bolivia, 22 sep (PL) Los prefectos opositores de las regiones de Tarija, Beni, Santa Cruz y Chuquisaca ponen obstáculos al diálogo reconciliador que hoy entra en su quinta jornada impulsado por el gobierno boliviano para poner fin a la crisis política.
La víspera, el propio presidente Evo Morales solicitó a esas autoridades suscribir un Acuerdo Nacional que busca devolver la paz al país.
En un encuentro con productores de coca del trópico cochabambino, Morales pidió también a los prefectos flexibilizar sus posturas en torno a la iniciativa de compatibilizar la nueva Constitución con los estatutos autonómicos que demandan las regiones de la Media Luna.
Morales recordó otras oportunidades de diálogo desde enero de este año, pero -apuntó- siempre los prefectos encuentran un motivo para abandonar este tipo de proceso.
La reciente propuesta hecha por el Ejecutivo, explicó, ratifica viabilizar hasta el 1 de octubre la convocatoria a un referendo sobre la nueva Constitución y otro dirimidor sobre la extensión máxima de tierra en poder de una persona (cinco mil o 10 mil hectáreas).
El proyecto también incorpora modificaciones necesarias a la nueva Carta Magna en el capítulo de autonomías, preservando su integridad y contenido.
Según el jefe de Estado, con las nuevas demandas, entre ellas la de extender estas conversaciones unos 30 días, los prefectos quieren ganar tiempo para "descuartizar el nuevo texto constitucional y deshacer el trabajo que realizó la Asamblea Constituyente por más de un año", remarcó.
Por su parte, la Coordinadora Nacional para el Cambio (CONALCAM) anunció que las organizaciones sociales arreciarán las medidas de protesta hasta que no se ratifique un acuerdo para conovocar a consulta sobre la nueva cata magna.
Fidel Surco, quien encabeza esa agrupación, adelantó que continuarán los bloqueos de carreteras, las marchas y el cerco a la ciudad de Santa Cruz, cuyos dirigentes cívicos mantienen ocupadas por la fuerza 11 instituciones del Estado.
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