domingo, 22 de junio de 2008

Cuba en vías de eliminar la transmisión de la Hepatitis B aguda


Una nueva conquista de nuestra salud pública se inscribirá en breve en los anales del quehacer científico del país: Cuba está en vías de eliminar la transmisión de la hepatitis B aguda, una infección severa del hígado causada por un virus que se adquiere por contacto directo con la sangre u otros fluidos corporales como la saliva y el semen.


También por vía perinatal: de la madre al hijo en el momento del parto, y a través de la lactancia.


El alcance del enunciado se esclarece aún más cuando conocemos que ello permitirá, asimismo, sentar las bases para que en las próximas tres o cuatro décadas se produzca la eliminación del cáncer hepático y la cirrosis dependientes de esta dolencia.


La hepatitis B es considerada como un problema médico-social de mayores consecuencias inmediatas y futuras que otras enfermedades como el SIDA.


La revista médica inglesa The Lancet en su edición del pasado 17 de mayo plantea que casi 500 millones de personas —una de cada 12 de la población mundial— están infectadas de hepatitis B o C, "y lo que es peor: la mayoría ni siquiera lo sabe", y subraya que se requerirá de un sostenido compromiso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos individualmente durante un largo período para que se pueda garantizar el éxito en este importante tema de salud.


Aproximadamente 1,5 millones de personas mueren cada año de hepatitis B o C (para esta última aún no existe vacuna pero sí tratamientos), lo que hace que la enfermedad sea "una de las amenazas más importantes para la salud mundial", por lo que este año, como vía de alerta universal, se declaró el 19 de mayo como Día Internacional de la Hepatitis.


CIENCIA Y JUSTICIA SOCIAL


La obtención y producción a gran escala de la vacuna recombinante de alta eficacia contra la Hepatitis B, por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), ha posibilitado realizar masivas y sistemáticas campañas que permiten hoy que la población menor de 26 años se encuentre inmunizada.


A partir de 1992 el ciento por ciento de los niños al nacer comenzaron a ser vacunados contra la hepatitis B. En sucesivas campañas la inmunización contra este flagelo se extendió a los estudiantes, y a grupos de riesgo como los trabajadores de la esfera sanitaria, pacientes sometidos a diálisis, entre otros, como parte del Programa Nacional de Inmunización del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).


Una mirada a las estadísticas muestra cómo en 1992 se diagnosticaban en el país 2 194 personas con hepatitis B, 1 344 en 1997, 34 en 2006 y 17 en el 2007, para una reducción de la incidencia de esta enfermedad de un 99,2%, muestra inequívoca de la eficacia de la vacuna cubana y de la acertada estrategia de inmunización que alcanza de forma gratuita a nuestra población.


El pasado año no se diagnosticó un solo niño menor de 14 años con esta afección. De los casos reportados (17), dos fueron en personas con más de 65 años, 14 en edades comprendidas entre los 25 y 59, y uno solo entre los 15 y 24 años. Desde 1999 no se registran casos en menores de 5 años.


En las 21 primeras semanas de este 2008, con un sistemático monitoreo que realiza la Dirección Nacional de Estadísticas del MINSAP, se han reportado en todo el país cuatro casos, que son estudiados de forma exhaustiva en el Laboratorio Nacional de Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, donde se realiza la confirmación del diagnóstico.


Desde el punto de vista epidemiológico, y de acuerdo con criterios de la OMS y otros organismos internacionales, cuando un país reporta menos de 10 casos de una enfermedad, se considera eliminada como problema de salud. No obstante, se mantienen las estrategias de vacunación y control estricto en las donaciones de sangre, a fin de evitar que los pacientes devenidos crónicos puedan transmitir la infección a personas aún no inmunizadas.


PREVENIR ANTES DE LA EXPOSICIÓN


La doctora Graciela Delgado González, jefa del Programa Nacional de Hepatitis Virales del MINSAP, abordada por Granma dijo que estos desvelos de la Revolución por la salud de nuestro pueblo suman acciones de varias instituciones del Polo Científico del oeste de la capital, y mencionó entre ellas al CIGB, el Centro de Inmunoensayo que aporta diversos sistemas diagnósticos, los Laboratorios del IPK y a cientos de miles de trabajadores de la salud que colaboran en estas tareas.


Indicó que la estrategia seguida, única de su tipo en el mundo, se sustenta en la premisa técnica de "prevención antes de la exposición al virus". De ahí la inmunización universal a todos los recién nacidos, a otros grupos de edad y algunos territorios seleccionados.


La prevención de la infección perinatal, cuando la gestante es positiva al virus de la hepatitis B, también se inició en 1992, y, desde entonces, se realizan estudios de seguimiento de los hijos de las madres portadoras.


Por ello, el esquema de inmunización de los recién nacidos hijos de mujeres no portadoras es diferente del que se aplica a madres que presentan el virus. Al hijo de las primeras se les administran tres dosis de la vacuna: cuando nace, al mes y a los seis meses, mientras que los hijos de las portadoras reciben cuatro dosis: al nacimiento, al primer mes, al segundo y a los 12 meses. Y desde el pasado mes de enero se les administra a estos niños una inmunoglobulina específica en los primeros días del nacimiento antes de iniciar el esquema de inmunización, producida por la Planta cubana de Hemoderivados.


A fin de continuar cerrándole el paso a la hepatitis B la estrategia de vacunación se amplía: ya ha sido vacunada toda la población del municipio especial Isla de la Juventud; en Pinar del Río están inmunizados los menores de 65 años, y en breve concluirán de protegerse contra este flagelo, los habitantes de Guantánamo.


Actualmente el mayor riesgo en nuestro medio de contraer la enfermedad es a través de las relaciones sexuales no protegidas, cuando en la pareja hay un portador del virus.